jueves, 27 de marzo de 2014

De mueganos y la distancia óptima.

Entrada original en inglés - 1 abril 2012

http://awolfamongbears.blogspot.mx/2012/03/muegano-bearing-distance.html

Ya todos conocemos tanto el dulce como las famosas parejas y familias ‘muegano’, esas que se la pasan SIEMPRE juntos y hacen TODO juntos…

Mientras ñoñeaba leyendo libros de psicología, me topé con algunos artículos relacionados con la teoría de la “Distancia óptima” de Bowlby; a pesar de que no es un concepto nuevo para mí, le encontré un nuevo punto de vista.

Esta teoría explica que un niño siempre se aventurará a caminar cierta distancia lejos de su madre, hasta cierto límite. Los infantes experimentan viendo qué tan lejos pueden llegar sin sentir ansiedad de separación y, al llegar al límite, regresan a donde se encuentra su madre para recuperar el sentido de seguridad (como si recargaran batería) antes de volverlo a intentar. Los pequeños pueden distanciarse mientras vean que la madre regresará o puede ser fácilmente encontrada después de estar separados por cierto tiempo. Esto permite que el niño desarrolle una seguridad básica donde, a pesar de que no la pueda ver, la madre no desaparece y regresará cuando se le necesite.

Aunque no creo en el determinismo en términos de que uno ‘no puede escapar las consecuencias de nuestra infancia’, creo que estos conceptos pueden ser aplicados a un interés romántico: Algunas parejas desarrollan dependencia uno del otro debido a que temen que la distancia signifique que la otra persona desaparezca.
Esto puede sonar algo loco pero tiene sentido; depende qué tanto pueden confiar en que la otra persona regresará. Alguien que constantemente amenaza con “si vuelves a hacer eso, te dejaré” o desaparece sin aviso de manera inesperada, promueve inseguridad en la otra persona, llevando al miedo de que podrá desaparecer en cualquier momento. La frecuencia de los encuentros no es lo importante, sino la seguridad de que se volverán a encontrar y que todo lo que comparten seguirá ahí cuando lo hagan.

He encontrado que, en México, es muy común que esta ‘Distancia óptima’ sea muy corta… Lo que tampoco es sorprendente, considerando como una gran mayoría de la población crece en un hogar donde todos los miembros de la familia parecen estar pegados con un caramelo aparentemente dulce pero igual de aprisionante.

Por mucho que ames a alguien, no pueden estar juntos las 24 horas del día 7 días a la semana. Todos necesitamos nuestro espacio y, sin él, no habría mucho qué compartir con tu pareja de todos modos. Todo está en el poder confiar en que la otra persona estará ahí y negociar la Distancia Óptima en la cual ambos puedan sentirse libres de seguir con su vida sin sentir que la otra persona está tan lejos que puede que no regrese.

En mi caso, he aprendido a pedir esta afirmación a mi necesidad de Distancia Óptima. No importa que no nos veamos en uno, dos, tres días o una semana, lo importante para mí es que exista un plan que me permita saber cuánto tiempo necesito esperar para poder reencontrarme con esa persona.


Es increíble cuando llegas a un punto en la relación donde cualquiera de los dos puede pedir espacio sin sentirse culpable o ansioso… Esto brinda a la pareja un sentimiento de libertad e independencia que, más que crear distancia entre ellos, refuerza su lazo ya que su relación no depende de la cercanía física, sino de algo más. Poder tener sus vidas separadas y compartirlas para crear algo nuevo.

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